Te
esperé en decubíto supino
en
deseo armando el palitroque
hardido
en el encuero y despelote
aguardando
el concúbito divino.
Goce
de tu piel que roza el roce
corrían
mis ideas por el techo
sombras
chinescas que en la alcoba
representan
erótico tormento.
Cabalga
jinetea en el viento
la
sombra de mujer que yo deseo
y
es solo el seso que masturba
Árida
soledad del himeneo
yermo
encierro, en que acorneo
un
vacío amor que me conturba.