Pasar
la vida acunado
en
el plácido oleaje
de
un ocaso de verano.
La
ria, suaves estiajes
que
como el sol del recuerdo
por
el lubricán de los parajes
se
encamina caminando
a
la noche de las noches.
Yo
meciéndome a tu lado
acompañando
tu deriva
dejaré
llevar el recuerdo
junto
lo cierto de la vida
el
ensueño, lo ensoñado.