viernes, 23 de octubre de 2009

La unidad en el escrito y su emoción.

El teatro clásico mantuvo durante mucho tiempo las llamadas tres unidades clásicas. Tiempo Acción y Unidad de Lugar. Según ellas la obra representada. Debía ocurrir en un Lugar durante un día en un mismo lugar y narrar un solo asunto.

Si la comparamos con el lenguaje del cine o a la novela narrativa, vemos que las tres unidades se disuelven. Y que tal vez la causa de esa norma era la pobreza de medios técnicos del teatro clásico. Esta norma se conserva hasta el siglo XVIII y tal vez la revolución industrial dota a la expresión teatral de recursos nuevos.

Como diría McLuhan (me atrevo a presumir) la linealidad del escrito a mano, tomado a su vez por la imprenta, pone su impronta acotando acción lugar y tiempo. De la misma forma que la oratoria clásica con su:


  1. exordium (introducción)

  2. narratio (narración)

  3. argumentatio (argumentación)

  4. peroratio (conclusión)


Nos indica una pauta de comunicación efectiva base para cualquier entendimiento.


En el otro blog, hemos visto que las emociones no son lineales, que sobre una reacción animal se teje una segunda elaboración en la neocorteza donde las entradas sensoriales son cotejadas entre si y con el recuerdo de las experiencias previas. Por tanto nuestro cerebro puede ante una idea desplazarse de un pretérito imperfecto (evocado) a un futuro también imperfecto (imaginado).

Narración poesía fábula o cuento disfrutan de ese viaje de la mente entre el ayer evocado y el futuro imperfecto; deseado, temido, despreciado.


Es algo que debemos aplicar a nuestros escritos, me propongo hacer alguna reflexión práctica sobre ello.

Kasi

Mientras


Mientras la noche

agotada y vencida

entrega al alba

el último andrajo

de su velo.

El olor de tu piel

la mirada dormida

la voz umbría

el surco entre tu senos

el hueco de tu vientre

mi aposento

excitan mi deseo

Kasi

Imagen Noche estrellada Vicent Van Gogh

jueves, 22 de octubre de 2009

¿Que es primero? La personalidad o la expresión

Si el escribir, es una manera, de obtener emociones vicarias en el lector. Parece lógico pensar que el escritor, el poeta, deben primero saber experimentar esa emoción.
En algún momento creo que escribí sobre Marcel Proust. Y aunque lo hice en el contexto de la memoria y la memoria involuntaria.
Hay,tantos aspectos
fascinantes, en su personalidad; que seguirá apareciendo por el blog.

Hoy por ejemplo echaré una ojeada a el asma y la relación con su madre.
Parece ser que la relación materno filial de muchos asmáticos es notoria y especial.



En algún sitio he leído que “El Che”
era también asmático.
Dejo para los psicoanalistas si la relación madre “Edipo” y anti-imperialismo tiene algo que ver.
Por parecidas razones buscar las homologías entre Che y Proust puede ser un ejercicio interesante (para ellos). Tal vez algún día lo inicie yo.
Porque cada uno a su manera, son revolucionarios y confrontados a la sociedad de su tiempo.


Pero el caso es; que el decir, y como decir, es algo propio del escritor.
El leer, y leer entre palabras es un juego que me atrae.


Volveré a ello
Kasi

martes, 20 de octubre de 2009

Y su porque

En los dos blogs he tratado de las emociones. Para resumir, diré que entiendo por emoción. Es una respuesta biológica, a un estimulo sensorial, a su evocación mediante la memoria, o su recreación por imitación que se nos propone por medio de un medio de comunicación. Entenderemos medio en el mas lato sentido de la palabra. Incluye pues la oratoria, la escritura, la imagen el sonido. Incluye por tanto la literatura, la escultura, la pintura y como no la música. Y estas artes, sustentadas en cualquier medio. Libros, diarios, cine televisión concierto y cualquier soporte incluidos el analógico y el digital.


Tanto en el teatro como en la oratoria griega la emoción y la forma de transmitirla ocupó un espacio en la mayoría de los filósofos escritores y pensadores desde la mas remota antigüedad.

Es mas, una nación, una sociedad, va siempre emparejada, a un cierto código emocional. Hay emociones; que un hombre, o una mujer, de un determinado pueblo y época no deben jamas manifestar en público. De la misma manera que se espera la manifestación de otras. Por tanto, creo que puedo afirmar que el catálogo emocional permitido y exigido es un identificador de pertenencia.


Eso me lleva a pensar, que desde muy pronto la sociedad nos marca con aquello que es lícito expresar diferenciando claramente de lo que no es apropiado (políticamente correcto que se dice ahora) y de aquello que no solo es apropiado sino que se debe manifestar.


Como consecuencia, el ejercicio de represión, esta instalado en nosotros desde que tenemos uso de razón. El -eso no se hace- -no se dice- -no se toca-. Sonsonete pedagógico que todos conocemos. Puede explicar a un estado cognitivo emocional traumático.

La poesía, como yo la entiendo, es una herramienta; que permite llamar las cosas por otro nombre. Burlar la asociación dolorosa entre dos ideas. Aquella que el psicoanálisis descubre mediante una asociación libre de palabras.

Al mimo tiempo podemos focalizar la emoción con su emparejamiento somático. Frases como: Me marea. No me huele bien. Que raro suena. No lo veo claro. Tengo mariposas en el estómago. Ver y tocar como Santo Tomás. Me pone enfermo. Son expresiones usuales que describen asociaciones somato-emotivas. La libertad de descripción y asociación de la poesía puede ser una herramienta para romper vinculos viciosos os somatizaciones molestas.

La duda que me queda es: ¿Podemos usar la libre asociación para liberarnos de de pautas preestablecidas. Utilizamos nuestros escritos para decir otras cosas de manera subliminal para nuestra conciencia. A ello me dedicaré.


Kasi

Las nuevas cosas

Decía ayer en facebook:

Hierofante del verbo y la palabra
Con la soberbia humildad de quien se se cree
tocado por el cálido hálito de la musas.
Andaba fray Gerundio de Campazas
escribiendo manuales de oratoria sacra.

Y yo por no ser menos atrevido,
inauguro en mi blog,
una sección de crítica literaria y poesía.

Prometiendo que es gerundio,
desmenuzar todo lo que lea,
a la luz del candil de mis entendederas.

Va por ustedes vusotros.

Kasy