Los
caminos el polvo un sol transverso
por
la estepa monegrina él
que
fue pastor, que fue guardia jurado
y
quincallero.
Ventero
en un mesón, chamarilero
fue
todo lo que imagina sin salirse
del
papel trashumante de oficios
sin
empleo ni sueldo ni beneficio
Como
todas las tardes llaga al pueblo
recortado
en la luz del oeste
al
frente de su imaginaria hueste
pejugalero.
Los
chiquillos le cantan
cantan
en ruedo
Tomás
Tomás que no las verás
las
ovejas de tu arreo
Tomás
Tomás una cabra y nada más
Tomás
ríe y ríe la vista lejos
ves
señala aquel polvo que baja
en
la ladera son ovejas preñadas
de
mi arreo.
Son
casi mil mil madres dos mil
corderos.
Y
sin apriscar un ganado ficticio
Se
persigna en la iglesia y se mete
en
el bar y se mete dos tintos mas
que
palmeros.
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