jueves, 3 de abril de 2014

Los silencios II


Ayer partía de un texto de Neruda para hablar del silencio de la amada. Salían a la luz varios silencios y con ellos el estado que en mi estar producen. Ese era el cimiento. Al final centrado en la ira, con más oficio en emparejar palabras llega la conclusión de esta manera. Sin trampa ni cartón, sin cartas en la manga, queda un ejemplo de como a veces se realiza la creación que como orfebre engasta una a una las palabras. Quedan otros silencios y otras experiencias las guarden las musas para un postrer mañana...

Me gustan tus silencios por que no callan

de la mirada tuya la voz, el verbo

silencios como flanes que temblorosos

cubiertos de amargo caramelo


También los silencios tormentosos

el chaparrón de tu desprecio encierran

para romper de improviso el rayo

el trueno la ira cautiva mirada


Silencios elocuentes cuando acallan

fiero el ademán áspero el gesto

la voz de tu desdén hasta que estallan.


la cólera crepúsculo escarlata

en triste lubricán lagrimas bañan

sonrisa que al final torna la calma.