sábado, 16 de noviembre de 2013

Dicen que murió el libro


Se murió el libro y todos los cholitos

fueron al entierro.

El librero mayor oficiaba el sepelio

con cara de ratón bigotes de almidón

serias antiparras de alambre áureo.  

El duelo presidían un coro de editores

majestuosos búhos  la urraca Federica

y un alimoche ciego.

desfilando solemnes levantan hacia el cielo

En un caja alta a hombros de lectores...

Comienzan las exequias con el hermano cuervo

doliente quejumbroso afectando pesares

subido en la tribuna comienza su grajeo

en un carro de imprenta  como catafalco

yacen los despojos de aquel libro becerro.

Y un cholito inquieto mestizo de culturas

a su padre pregunta ¡de que murió elzevirio?

Elzevirio falleció, murióse ya por viejo.

¿Y todos los libros mueren?

No, solo se mueren los malos porque los buenos

siempre permanecen vigentes en el recuerdo.

Llueve

Y una lluvia inconsistente, leve
como el llanto del cielo vivifica
los terrones de anciana gleba
agua lustral sacro asperje breve

Lluvia que despierta en las simientes
la voz adormecida de la vida
un hebrero lunar adormecida
hebrero mes del calendario sientes

el vientre de la gleba el espasmo
el medro general de las raíces
de flores reventón harán el mayo

duerme la tierra mas bajo su manto
late la cosecha y los embriones
al llanto de la lluvia despertando.