En su adviento del lubricán el aura
deshacía las sombras paso a paso
y cabalgando la luz sobre tinieblas
disolvía los fantasmas de mi estado.
del iniciado en el saber,
el alba
entrenamientos frecuentes dolorosos
un camino plagado de asechanzas
los embelecos trenzados con deseos
trampantojos de mi yo en su espejo.
Pero ya se abre la puerta del secreto compañeros.