domingo, 29 de abril de 2012

Sobre un Verso de Amado Nervo

Si tú me dices ven, lo dejo todo...
envainaré la espada
guardaré el venablo, la palabra
Y  volveré a otros la mirada
henchida de amor tu enseñanza.

Escucharé tu voz en mis entrañas
en un cultivo de amor, el alma
Herida del onceno mandamiento
Partiré peregrino entunicado
en busca de ti Dios mi esperanza.

Si tú me dices ven, todo lo dejo...
sea tu voz clarín, llamada
peregrinar a ti por tu palabra
saliendo de mi lodo de mi nada
que solo tu mano hace humana.

Llegar a ti, anciano casi viejo
y  en mis días de otoñada
compensaré de otrora las andanzas.
fúndase mi crepúsculo con tu alba.
¡Oh, Cristo, como blandón en tu amor
mi alma arda!

Darío

Dice Nervo:


SI TÚ ME DICES VEN
Si tú me dices ven, lo dejo todo...
No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...
Pero dímelo fuerte, de tal modo

que tu voz como toque de llamada,
vibre hasta el más íntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazón como una espada.

Si tú me dices ven, todo lo dejo...

Llegaré a tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular,

más he de compensarte mi retardo,

difundiéndome ¡Oh, Cristo! como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar.