domingo, 20 de mayo de 2012

Recuerdos


Un sol otoñal y frío se desliza por cielo gris, hacia el ocaso, oxidando las vides los hayedos...
Un aire silencioso y gélido, da a la montaña coloratura de azules mordida en las crestas del blanco de la nieve.
Los campos vestidos del marrón de los barbechos, de el verde oscuro de los abrojos donde un día hubo tierras de pan llevar.
Despoblado desierto solitario, vacío, abandonado porque sus moradores huyeron de sus hambres hacia la mar. 
Dicen que en la costa contratan a jornal  y maquilan y especulan y laboran para mal

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