lunes, 30 de noviembre de 2009

La muerte y el avaro

De el rancio color del pergamino
enjuto de carnes y de hacienda
abnegado ayunador avaro cierto
por mas doblas y doblones que amasara
siempre creyó menguada su riqueza.
Era este Domine Cabra caballero
frugal en colación y en refrigerio
recado de escribir solo en su mesa
y aun este el justo para pasar cuentas.
Cuerpo sumido en austera cuaresma
convite nunca hizo y menos alifara
por las ventas... Que vender afrenta.
Injuriador de barrigas ayunando
esforzado paladín de la miseria
ahorrando por ahorrar el último suspiro
Es un Sísifo penado en el averno
cargando su fortuna, en infinita cuesta.
Y mientras aquí los herederos en salvas
y cohetes despilfarran
hasta los últimos
gastos del entierro.

Kasi
La muerte y el avaro Holbein

Paralelos Juego de imitación









Tus
ojos buscaban el color del Paraíso,


cuando
braceabas en un mar de dudas


en
busca de una playa de arenas oscuras


donde
naufragasen tus besos.


Aún
no conocías el sabor del abismo,


la
necesidad de saberte mío,


el
tacto de la piel que se arrodilla,

las
manos posadas en el dintel preciso


Del
nuevo entendimiento de las cosas


que
induce a internarse


en
la conciencia nueva de las cosas.


Pura Salceda

La Mirada de Astarté




Braceando
en un mar de incertidumbres


En
busca de tu puerto, de mi playa


Donde
náufragos de amor mis medios besos



no
hallaron de los tuyos las pisadas


Mis
ojos inquieren desolados


el
paraíso de luz de tu mirada



Con
los pies hollando los umbrales


Que
me abren el camino


De
mi nueva soledad malsana.


Kasi


Solo es un juego
Kasi