miércoles, 18 de marzo de 2009

La Aventura

Marta entro en el bar, casi sin mirar se dirigió a una de las mesas libres.
Mas tarde me enteré que esa era su mesa.
Pidió su consumición y mientras la esperaba, echo una ojeada al diario.
Esa era su pauta de conducta habitual.
Yo había decidido observarla sin decir nada, por un instante nuestras miradas se cruzaron.
Tuve la sensación de ser visto y no mirado, pero siempre me quedó la vaga impresión de que mi imagen quedo en algún sito mas que su retina.
Allí quedo toda la experiencia, no se trataba de otra cosa... era como decir... Sabes estoy aquí, te conozco se quien eres, como piensas... pero no te preocupe. Tu intimidad está conmigo a salvo, nada temas, nada me debes nada te pido.
Terminamos el café casi a la vez, yo mire hacia ella y como quien se limpia dejé un beso en la servilleta de papel. Pienso que ni se dio cuanta de mi gesto. Me imagino que ahora lo entiende, siempre estaré cerca para cuando tu quieras.
Kasi